El yoga puede ser visto como arte, ciencia, tradición, actividad física o quién sabe qué otras formas a través del mundo. Es importante saber qué el yoga logra en los practicantes la conexión verdadera desde la propia naturaleza y busca alejarnos del mundo para conectarnos con lo divino como también encontrar nuestros propios límites, ampliar nuestras fronteras y ser capaces de relajarnos con nuestro propio ser, nos invita a conocer nuestras dificultades, desequilibrios, emociones y nuestra esencia.
Nuestro ritmo de vida muchas veces no nos permite darnos cuenta de que lidiamos a cada minuto con la toma de decisiones desde que nuestros ojos se abren, conduciéndonos a momentos de estrés, cansancio, agobio, ansiedad que van acumulándose y a largo plazo secretan hormonas como el cortisol que finalmente logran abrumarnos y olvidamos vivir el hoy.
Es importante contextualizarnos y es que hace 2500 años Patanjali (el primer sabio hindú que estudió el Yoga) escribió su gran obra “Los yoga sutras”. Éste fue el primer libro de yoga que se conoce, y en él dice que yoga significa “el cese de las fluctuaciones de la mente” y también lo considera como “una herramienta de calma mental”.
Esta ciencia no solo son posturas, sino que “une, reúne y conecta para reintegrar y reequilibrar hacia un estado más armónico y feliz” (Christina Brown-La biblia del yoga, Guía esencial de las posturas de yoga).
El yoga incluye meditación, canto de mantras, respiración consciente y la práctica de las asanas o posturas (que es por lo que muchas personas llegan a esta disciplina, sin juzgarlos – es visto como una actividad física y es lo que queremos explicar con este post). Todo este conjunto de elementos busca que seas consciente del presente, de tu cuerpo físico (que es algo conocido) y lograr dominarlo para después atreverte a buscar lo intangible, lo que no conoces y eso es la paz interior. Esa tranquilidad a veces es difícil de conseguir, si no dejamos que nuestra mente deje de imaginar el futuro o recordar el pasado.
Si bien estos elementos anteriormente nombrados son los más conocidos que existen, debes saber que el yoga es todo lo que haces con el corazón y con el alma, cualquier cosa que nos proporcione unidad, conexión con nosotros mismos y nos recuerda quiénes somos.
La práctica te ayudará a ser consciente de tu postura y los patrones habituales de tu vida y de tu cuerpo físico y muchas veces algunas posturas no serán muy cómodas en un principio, de hecho te harán sentir emociones o sensaciones un tanto desagradables o incluso sabotear tus intentos por eso es importante tener en consideración que con la disciplina irás mejorando tu flexibilidad, fortalecerás tu cuerpo, mejorarás tus capacidades físicas, aumentará la claridad mental, la concentración y tus niveles de energía incrementarán satisfactoriamente.
Debes tener en cuenta que nuestra estructura física y a veces ciertas patologías no nos permitirán llegar o realizar ciertas posturas, pero no debes frustrarte al contrario debe ser una motivación para buscar variantes, y estilos que te acomoden, hasta llegar a sentir la plasticidad que muchas veces el sedentarismo o el ritmo de nuestra vida no nos permite.